
Avengers fue la sorpresa más
grande del cine comercial de la última década, un proyecto tan ambicioso que
muchos pensaron estaría condenado al fracaso. No fue así. Con la última
producción de Marvel las películas de superhéroes se consolidan como un nuevo
género. Era necesario un cambio de concepto que no solo percibiera a las
adaptaciones de cómics como historias para hacer dinero, sino como un arte que pudiera
ser llevado al cine para ofrecer más que entretenimiento, calidad y dimensión
artística.
Las grandes productoras de
superhéroes, Marvel y DC, han comprendido al fin una idea elemental: recursos,
un guión inteligente y una buena dirección se imponen a la fórmula tradicional
del blockbuster musculoso y sin cerebro. Avengers reúne todas esas cualidades,
además de otra primordial cuando se trata de adaptaciones literarias: fidelidad
en los personajes, pasarlos del papel a la tercera dimensión sin deformarlos
para hacer que la cinta encaje en los esquemas de ventas de asesores
publicitarios. Y es que las películas sobre historietas no exigen demasiado al
cine, todo está en las viñetas, desde el guión, argumento, hasta las tomas y
escenas, solo se requiere la habilidad de un equipo capaz de trasladar ese
universo a la pantalla grande sin destruirlo en el intento.
No se puede pensar en Avengers
como un blockbuster más del montón como no se puede comparar al Señor de los
Anillos con Transformers. Existe una diferencia fundamental de enfoque y
objetivos, pensemos en Battleship (Batalla Naval) o John Carter, ambos estrenos
comerciales de verano que debían arrasar taquilla y que sin embargo fueron
rotundos fracasos. La diferencia está en la concepción, desde la selección del
director, guionista, reparto y los detalles hasta el respeto por el proyecto
que se tiene entre manos. El mejor cine no es el que sugiere al espectador
comprar un producto sino apreciar una idea, esa es la diferencia fundamental
entre un estreno taquillero de tantos y las películas dignas de admiración, que
por sus cualidades capturan a todos los públicos y claro, se convierten en
blockbusters millonarios.
Es la primera película en la
historia que reúne a protagonistas y reparto de sagas individuales, una idea
que por temeraria no era esperada con optimismo. Grande fue la sorpresa cuando se
hizo evidente que había que rendirse ante lo que resultó una gran película, un
clásico instantáneo que recuerda a los asistentes de todas las salas del mundo
que para reír, emocionarse y amar el cine, no es necesario ser un erudito del
cine independiente o un devorador de producciones millonarias. Por supuesto,
tampoco se trata de canonizar una película, que por momentos peca de ingenua o
que por exceso de comedia a veces merma el dramatismo restando intensidad,
lejos de aquellos defectos Avengers funciona como un reloj.
El destino de Los Vengadores y el
éxito de su misión recayó en Joss Whedon, director más conocido por su trabajo
en televisión para series como Buffy the Vampire Slayer, Angel o Firefly,
producciones quizá no muy brillantes, pero que en su momento regalaron un
entretenimiento legítimo que suplía las deficiencias argumentales. En Serenity
(2005) su experiencia en la pantalla chica se consolidó en un thriller de
ciencia ficción emocional e inteligente, que a fuerza de efectivos ganchos de
argumento y acción logra involucrar al espectador en la aventura. Una opera
prima en la que Marvel encontró al director con la capacidad de dominar las
fuerzas colosales de un proyecto sin precedentes.
Whedon es un maestro de los
tiempos y el ritmo narrativo, conoce la dinámica de la acción, sabe que más
allá de las tomas veloces una pelea no se resuelve en una edición de picadillo.
No solo es la técnica en las escenas de acción milimétricamente elaboradas la
que mantiene al espectador en su butaca durante más de dos horas sin siquiera
notarlo, es el momento: el uso del ritmo y el tiempo que conecta épicas escenas
de batalla con situaciones de intriga, tensión y humor. A esto se suma el
fantástico guión gracias a Whedon y su co-guionista Zack Penn (The Incredible Hulk,
X-Men II).
Es gracias a esos diálogos que el
universo de los vengadores cobra vida y se hace creíble al transcurrir del
metraje. Es como si ambos escritores hubieran leído y respirado historietas
durante años y luego no pudieran hacer nada más que plasmar en el guión toda
esa experiencia. De hecho, Whedon es un confeso coleccionista y lector de
cómics que ya venía trabajando con Marvel en algunas películas animadas y
guiones de videojuegos. En el argumento (tomado de las páginas de la primera
saga de Avengers, con algunos ajustes de personajes), los diálogos constituyen
la estructura que sostiene una historia más bien simple, que toma forma y
adquiere una dimensión más profunda en las palabras de sus protagonistas y cómo
se relacionan.
En lo estético Avengers es
infalible, desde montaje y vestuario hasta los efectos especiales que
evidencian equilibrio entre espectacularidad y mesura cuando se trata de
impresionar; queremos ver escenas grandiosas, claro, pero sin sufrir epilepsia
por confusión visual en el intento. Más importante aún, la edición: al fin
podemos ver escenas donde los actores golpean, se cubren, contraatacan, etc. y
apreciar sus movimientos, ver qué ocurre en las tomas y no solo imaginar que
está sucediendo detrás de esas imágenes confusas, como suele pasar con las
tomas de tres segundos a las que nos tienen acostumbrados las últimas películas
de acción.
La fuerza de Los Vengadores está
en sus personajes, en sus guerreros, pero también en sus enemigos, era
necesario un antagonista calificado para superar a los héroes en un campo más
allá de la fuerza. Loki, interpretado por Tom Hiddleston (Thor, Warhorse),
regala una malignidad entrañable, el Dios timador de la mitología nórdica, hace
del engaño un arte capaz de reducir con solo palabras a cinco superhombres y un
ejército de agentes especiales. A pesar de su divinidad, Loki tiene una
condición que lo humaniza, los delirios de grandeza, venganza, y su fracaso
final hacen imposible odiarlo, su maldad es el reflejo de la caricatura que a
veces somos todos los humanos.
Tal villano no podía dejar de
tener justicieros a su altura. Los
Vengadores son: Iron Man (Robert Downey Jr.), Capitán América (Chris Evans),
Hulk (Mark Ruffalo), Thor (Chris Hemsworth), Black Widow (Scarlett Johansson) y
Hawkeye (Jeremy Renner). Cada actuación superó a cualquiera vista en las
sagas individuales de los personajes, y es que no se trata solo de la calidad
interpretativa, el éxito de Avengers debe mucho a la psicología de los héroes
del cómic original. Su creador, Stan lee, se llevó los primeros créditos de
esta película hace más de 40 años.
La gran sorpresa fue el nuevo
Hulk de Mark Ruffalo (Shutter Island, Zodiac),
el gigante verde al fin encontró alguien que cupiera en sus zapatos. Su
furia destructiva es responsable de los momentos más intensos y graciosos de la
cinta, la voz de Hulk corre por cuenta de Lou Ferrigno, quien interpretara al
irascible sujeto radiactivo en la serie de los 80 y en todas adaptaciones
posteriores de Hulk. La decepción: la escasa profundidad Hawkeye, que pese a la
buena actuación de Renner, quedó como un añadido superficial, lo mismo pasó (en
menor grado) con Black Widow, no disculpamos el desacierto, pero quizá más de
tres horas habría sido demasiado.
Hay que destacar el trabajo de
Chris Evans, que tras su lamentable actuación como la antorcha humana en los 4
Fantásticos I y II, se redime con un Capitán América que no decepciona, menos
cándido, más sólido, con los rasgos del líder que debería ser, mejor que en su
propia cinta, aunque puede dar mucho más. El Iron Man de Robert Downey Jr.
supera las expectativas de una buena actuación para robarse la pantalla como el
mejor de los Avengers, su carisma y humor no tienen pierde. Thor, alejado del matiz
ingenuo de su primer filme, se presenta más curtido, Hemsworth da al Dios del
trueno el peso y el carácter que le hacían falta. Black Widow y Hawkeye
completan el equipo con actuaciones a la altura de sus pares.
Samuel L. Jackson, como Nick
Fury, jefe de Shield (Organismo internacional de defensa)
completa el reparto de estrellas de la cinta. Los Vengadores se ha posicionado
como la película de superhéroes con más recaudación de todos los tiempos,
superando a Batman: The Dark Knight Rises; ambas entre los mejores estrenos de
la cartelera comercial del 2012. En resumen, estamos frente a una película
infalible que podría dar inicio a una de las sagas más memorables del cine. Por
lo pronto Avengers II ya es un hecho, su director ha prometido una secuela más
dramática y oscura para el 2017.
Iron Man vs Thor vs Captain America
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