jueves, 30 de octubre de 2014

Concierto para búnker en Kiev

Dejaste sed de ser y tu corazón de siervo asesinado
cornamenta giratoria que metiste en mi garganta
esa tarde en que me ahogaba como un pájaro fantasma
en la cóncava piscina lacrimosa de tus manos
cuando mi dolor era la luna en un vaso ensangrentado
y el tuyo el carnívoro placer de la sedienta mano amarga.

Desde esa, cada noche, las polillas se lanzaron en
tirabuzón desde los focos para degradarse con el barro,
no hubo pensamiento que no se acuchillara en el armario
sin morir ni ser herido de ese ya no estar aquí
que dejaste en los recibos de luz, agua, y tu correo
que aún llega en las mañanas como una granada
de fragmentación en mi café con leche terminal.

Seguirás inundando en diferido este patio de silencio
con kilómetros de baldes derramando clavos que no suenan
sumando cero más cero más cero más cero en una libreta
con mi nombre -1 en los búnkeres cerrados de Kiev
donde nunca has puesto un pie, pero yo permaneceré
en el escorpión tatuado en la espalda de los muertos
y en tu cadáver pretérito cuando rompas tú silencio
estrellándote contra los arrecifes de coral.

Zdzislaw Beksinski

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