La fotografía es el arte que captura
los fantasmas de la realidad; fantasmas porque la luz impresa en ellas es lo
que esa materia fue hace unos instantes y luego años, siglos
y finalmente ya no más, pero quedan. La concepción clásica del arte fotográfico
es la exterioridad, siendo esa idea relativa, dado que el entorno es
la suma virtualmente infinita de interioridades, es decir, de configuraciones
atómicas en escalas diferentes.
Lo diverso de estas
configuraciones es lo que otorga variedad a las formas observables. Bajo esta premisa el
juego de escalas se revela fascinante. Estrellas, humanos, libros y boletos de autobús
estamos hechos de los mismos materiales; la perspectiva solo depende del
observador y el alcance que tienen sus sentidos. El espectro de luz que capta el
ojo humano aún excluye la mayoría de colores existentes.
Los rayos X utilizados en las radiografías son ejemplo común y perfecto, y son los mismos
rayos que nos permiten buscar galaxias lejanas que de otra manera serían
invisibles al alcance de los sentidos. La fotografía también puede valerse
de esta extensión de las habilidades sensoriales para fines de investigación o
artísticos.
Las placas radiográficas no solo
revelan la estructura ósea y sus problemas, sino que a
través de la fotografía de las mismas se pone en evidencia un mundo de
incertidumbre propio de los caprichos de la luz. Vistos de manera aislada los
huesos parecen nebulosas, horizontes o llamaradas estelares, como una
fotografía del universo primitivo dentro del propio cuerpo humano.
Las escalas y materiales se
confunden, se agrupan por un instante y luego se dispersan para reconfigurarse en
seres y objetos diferentes: es la esencia de la muerte, la transformación de la
materia, presente como única constante que hace sospechar de la inmortalidad
del universo. Fascinante paradoja que debería maravillar en vez de atormentar
al ser humano.
Bajo este concepto, el fotógrafo
peruano Franco Guerra ha desarrollado esta obra original y de vastas interpretaciones.
En ella está implícita la lucha por la vida, el temor a la muerte y lo
inevitable pero deslumbrante a la vez del principio de transformación de todo lo que existe.
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