En los filamentos de tungsteno en las bombillas
Jugaban espíritus de niños, y cantaban -dijiste-
Canciones como gotas de agua lila en el corazón
De las palomas, cuando frágil entre brazos te decía
Que navidad nunca es de día, sino el miedo que huye
Por un túnel desterrado de la noche luminosa.
Cómo nos reímos de esos tontos y sus muñecos de nieve
(De cartón) en las ventanas, te regalé un pijama fresco;
Tú, una casa de palitos. No nos preocupaba el frío, pero luego,
Luego ¡cómo el invierno escaparía de tu cama! cuando de súbito
Se irguieran como osos las frazadas en tu sueño donde nadie
Se moría. Ni de hambre, ni de frío, ni de hambre, ni de frío
O de soledad por la mañana.
Leíamos poemas importantes, de esos sobre grillos con espadas
Y esmeraldas en el saco de algún náufrago mendigo;
Dijiste esa noche que el oro envolvía mejor los chocolates
Que el peso de su luz en el bolsillo, yo te hice prometer que
Si dormías frente a un túnel lo hicieras siempre muy ligero
Porque solo tienen boca, y en ella un solo ojo que te traga
Si la gente cuando pasa no te mira.
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Fotografía: Franco Guerra |
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