viernes, 24 de octubre de 2014

Paul Klee

“Lo principal no es comenzar a pintar precozmente, sino ser primeramente un individuo. El arte de dominar la vida es el requisito previo para todas las demás formas de expresión, ya sean pinturas, esculturas, tragedias, o composiciones musicales”.

En su obra se manifiesta la inusitada humanidad y lucidez que caracteriza a aquellos escasos artistas con una visión clara del mundo, conscientes de su lugar en él. La pintura de Klee (1879-1940) conjuga desde las remembranzas infantiles, la metafísica, lo abstracto, hasta el humor satírico y la crítica política. Nunca se inscribió en una corriente artística o intelectual, su estilo propio se mantuvo libre de adhesiones a los movimientos de su época. Se podría decir que reinterpretó diversos elementos del expresionismo, cubismo y surrealismo, aunque en su pincel no se puedan encontrar rastros precisos.

Siempre destacó por su virtuosismo en el violín, sentía especial admiración por Bach y Mozart, con quienes pensaba se había alcanzado una cima creativa insuperable en oposición a los compositores del siglo XIX,  Wagner, Mahler, Bruckner, por quienes no sentía especial aprecio. Si bien desde temprano se decidió por las artes plásticas, nunca abandonó la música. Durante toda su actividad artística, paralelamente tocaba recitales y componía piezas para obras de teatro.  Aquel doble talento se vio reflejado en sus pinturas, muchas de las cuales asemejan la estructura de composiciones musicales a la vez que asocian notas y escalas con diferentes combinaciones de colores.

El maestro del color, en un principio desdeñaba el mismo como un relleno innecesario sobre las formas del dibujo pero un viaje a la exótica Túnez cambió esa perspectiva, en sus palabras “El color me posee, ese es el significado de esta hora feliz, el color y yo somos uno; yo soy pintor”. Entabló amistad con otros fundamentales de la pintura del siglo XX: August Macke, Alexej Jawlensky, Lyonel Feininger, Max Ernst, Pablo Picasso y Wassily Kandinsky, con quien además enseñó durante décadas en la célebre escuela de arte, Bauhaus, en Alemania.

Por su nacionalidad alemana-suiza, participó con resignación en la primera guerra mundial, de la que salió ileso, su amigo August Macke no corrió la misma suerte. Desde ese entonces su obra comenzó a tomar tintes políticos, pero no expresos sino subrepticiamente disfrazados en composiciones de tono infantil, naturalista o abstracto. Años más tarde la Gestapo calificó su obra como arte degenerado y subversivo, por lo que fue despedido de su empleo, viéndose obligado a trasladarse de Alemania a Suiza.

En esta etapa de madurez se le diagnosticó escleoderma, una enfermedad autoinmune que le hizo padecer lesiones cutáneas externas e internas. Sin embargo, fue uno de sus periodos más prolíficos, pintando más de mil doscientos cuadros solo en 1939. Murió al siguiente año dejando un legado de más de nueve mil piezas de arte. Su hijo escribió un poético y acertado epitafio que hoy adorna la tumba del artista “No puedo ser comprendido en el aquí y ahora, porque mi lugar está entre los muertos tanto como entre los que aún no han nacido. Un poco más cerca del corazón de la creación que lo usual, pero aún no lo suficiente”.

Klee no se limitó en métodos, formas de composición, soporte o materiales. Utilizó todo aquello que le pareciese pertinente para expresarse, a menudo combinando en un solo trabajo diferentes técnicas y materiales. Pintó sobre lienzo, cartón, metal y hasta papel periódico, valiéndose de elementos tan diversos como acuarelas, tinta china, temperas, tiza, pinturas en aerosol, aplicaciones con cuchillos y agujas, a la vez que hacía sus propias mezclas, como la extraordinaria libertad de su obra pone en evidencia.

Trabajos tempranos

Flower Myth - 1918

Ghost of a Genius, 1922

Once Emerged from the Gray of Night, 1918

Possesed girl - 1924

Southern Tunisian Gardens, 1919

The unluckcy ships, 1919

Veil Dance, 1920

Angelus Novus, 1920

Angelus Novus

Lo que se tiene que decir esta pintura legendaria es basto e incluso tema para un libro, pero trataré de ser resumir lo asombroso de su historia. Klee la concibió en 1920 y al año siguiente fue comprado por el filósofo Walter Benjamin. El título alude a una leyenda del Talmud, libro sagrado del judaísmo, en la que el “Ángel Nuevo” representa el ciclo de servicio, redención y vuelta a la nada de todas las criaturas según el plan de Dios.

Benjamin, que era judío-alemán, fundó una revista homónima. El lienzo se convirtió en símbolo de las ideas y el trabajo del filósofo, dedicándole varios artículos en la revista y una especial mención en su libro Tesis sobre la filosofía de la historia., escribió:

“Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se muestra a un ángel que parece a punto de alejarse de algo que le tiene paralizado. Sus ojos miran fijamente, tiene la boca abierta y las alas extendidas; así es como uno se imagina al Ángel de la Historia. Su rostro está vuelto hacia el pasado. Donde nosotros percibimos una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única que amontona ruina sobre ruina y la arroja a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado, pero desde el Paraíso sopla un huracán que se enreda en sus alas, y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja inexorablemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras los escombros se elevan ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso”.

No obstante, se han dado variadas interpretaciones basadas en la biografía del pintor, su pensamiento y creencias religiosas. El filósofo Giorgio Agamben sostuvo que simboliza la imposibilidad del hombre moderno de encontrar su lugar en la historia y que perdido avanza por inercia y sin remedio hacia el futuro. También se ha hablado de una doble sexualidad y sobre las connotaciones de los ojos y la dirección de su mirada.

Cuando Benjamin tuvo que salir de Alemania ante la amenaza de los Nazis en 1933, no pudo llevarse la acuarela e hizo que se la enviasen a Francia poco después. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, quiso vender la pintura para costearse el pasaje a los Estados Unidos, pero nadie quiso comprarla, fue así que emprendió una huída por tierra, no sin antes entregarla al filósofo y escritor George Bataille, quien la escondió en la Biblioteca Nacional de París. Poco después, en 1940, Benjamin se suicidó viéndose sin escapatoria en su huída infructuosa de la persecución del régimen fascista.

Terminada la guerra, Bataille (quien también escribió sobre la pintura), se lo entregó al filósofo Theodor Adorno, quien a su vez la puso en manos del filósofo y erudito judío Gershom Scholem, como fue la voluntad de Benjamin. Finalmente, a la muerte de este, su viuda donó sus pertenencias al Museo de Israel, donde actualmente el ángel despliega todo su misterio en exhibición.

En épocas más recientes el filósofo alemán Jürgen Habermas ha dado una interpretación menos apocalíptica, destacando la mirada del ángel hacia el pasado como símbolo de redención frente a las atrocidades cometidas. El verdadero arte trasciende a las personas; sin importar cuántas mentes brillantes la interpreten, el Angelus Novus sobrevivirá para iluminar a los mejores hombres en los tiempos más difíciles de la historia que aún se escribe.

Periodo maduro - Bauhaus

Arround the Fish, 1926

Battle scene from the comic fantastic opera 'The Seafarer', 1923

Black Knight, 1927

The Siblings, 1930

Castle and Sun, 1928

Cat and bird, 1928

Conqueror, 1930

Fire evening, 1929

Fish Image, 1925

Fish Magic, 1925

Flagged Pavillon, 1927

Goldfish, 1925

Highway and byways, 1929

Insula Dulcamara - 1938

Landscape with Yellow Birds, 1923

Red Baloon, 1922

Queen of hearts, 1929

Rock Chamber, 1929

Senecio, 1932

Strong Dream, 1929

Tale of Hoffmann, 1925

The adventure ship, 1927

The Baloon, 1926

Water park in autumn, 1926

What is he missing?, 1930
Trabajos tardíos

A woman for the gods, 1938

Ad Parnassum, 1932

After the floods, 1936

An allegory of propaganda, 1939

Boats in the Flood, 1937

Captive, 1940

Characters in yellow, 1937

Chosen Site, 1940

Death and Fire, 1940

Embrace, 1939

Flowers in stone, 1939

Forest Witch, 1938

Harbour with sailing ships, 1937

Heroic Roses, 1938

Hoffmanneske scene, 1940

Legend of the Nile, 1937

Love Song by the New Moon, 1939

Mask of Fear, 1939

Park Bei Lu, 1938

Red Waistcoat, 1938

Revolution of the Viaduct, 1937

The lover, 1938

The travelling circus, 1940

The vase, 1938

This flower wishes to fade, 1939

Untitled (Still life), 1940
Algunos pensamientos del pintor

"Todas las cosas que un artista debe ser: poeta, explorador de la naturaleza y filósofo".

“Un día es bastante para hacernos un poco más grandes o una hora, un poco más pequeños”.

“Mi espejo mira hacia el interior. Las palabras las escribo en la frente y alrededor de las esquinas de la boca. Mis rostros humanos son más ciertos que los reales”.

2 comentarios:

  1. ¡Me encantó! Excelente recopilación.Tanta genialidad en medio de ese atraso que son las guerras invita a la reflexión. Einstein es otro buen ejemplo de esa generación deliberadamente rebelde, humana, lúcida y perseverante de aquellos años. Bravo :)

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  2. Gracias Elizabeth, Klee se inscribió durante un tiempo al grupo de pintores denominado "El Jinete Azul", junto a Vasili Kandinski, Franz Marc, August Macke, Gabriele Münter, entre otros. La idea era romper con las formas de lo tradicional, rescatar el mundo interior del artista y lograr una aproximación intuitiva a la pintura a través del color. Será próximo tema en este blog.

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